He creído interesante traer hoy el artículo que escribe en la Tercera de ABC el Prof. de la Oliva Santos, uno de los más prestigiosos procesalistas de este país, sobre el proceso abierto contra el Juez Garzón. Salvando el contundente juicio de antijuridicidad que hace sobre las actuaciones del Juez, el cual, por otro lado, aunque haya habido notables irregularidades procesales no tienen que ser por sí mismas constitutivas del delito de prevaricación; sin embargo sí que resulta especialmente interesante la explicación que hace el Prof. de la Oliva del proceso y su objeto y, particularmente, pone de manifiesto cómo en realidad, y a pesar de lo que dicen los medios de comunicación, no se está enjuiciando a Garzón por investigar crímenes franquistas, cosa que por otro lado, como se dice en el artículo, nunca llegó a hacer el Juez.
Es sin lugar a dudas el mejor artículo que he leído en toda la prensa sobre el proceso abierto, ya que centra el verdadero objeto del asunto. Además, en buena medida, confirma los extremos que puse de manifiesto en mi análisis sobre la cuestión en el artículo que dediqué a «Garzón y los crímenes contra el franquismo: ¿prevaricación?
Dejo aquí este artículo de «la buena prensa»:
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Garzón nunca investigó crímenes franquistas
ANDRÉS DE LA OLIVA SANTOS Catedrático de Derecho Procesal. Universidad Complutense
La Tercera de ABC – Sábado , 22-05-10
Aunque parezcan hoy calmadas las aguas, la desinformación en el «affaire Garzón» ha sido superlativa y sigue latente, capaz de resurgir cualquier día con mucho daño para instituciones que merecen y necesitan respeto ciudadano. Es el caso, sobre todo, del Tribunal Supremo. En guardar respeto a este Tribunal debería sobresalir ejemplarmente el «Gobierno de la Nación», no sólo con vagas y ocasionales palabras, sino con actuaciones claras, en vez de fomentar o disculpar ataques furibundos y tolerar lamentables ingerencias extranjeras. Sin ser ni mucho menos la primera razón para esa actitud debida hacia el Alto Tribunal, cada vez que se le ataca (como lo han hecho «Financial Times», «Le Monde» y «New York Times») y no se le defiende desde los poderes del Estado, disminuye la confianza mundial hacia el «Reino de España», lo que tiene enormes consecuencias en la situación presente, porque la inversión se preocupa, en primer término, de la seriedad jurídica de un país y del confiable funcionamiento de sus Tribunales de Justicia. (más…)