Me ilusionan las conmemoraciones de acontecimientos históricos; siempre son una oportunidad para realizar investigaciones y para ser invitado a diversas reuniones académicas. Sin embargo, no me fío de sus connotaciones o utilizaciones políticas. En todo caso, para el mundo hispano, la conmemoración de los bicentenarios de las guerras de independencia constituye una oportunidad irresistible. La tentación de celebrar las identidades supuestamente nacionales seduce a las autoridades estatales, y los políticos tratan de apropiarse de la fama gigantesca de los caudillos independentistas. Es, desde luego, una ocasión de agitar las banderas y de ocultar la fragilidad de algunos edificios políticos condenados a su derribo.
Estas celebraciones comenzaron en España en 2008. Y el próximo año continuarán en 11 países de Latinoamérica. Los eventos para recordar un sinfín de proclamas, pronunciamientos militares, constituciones, campañas, batallas, tratados, triunfos y desastres, no se acabarán hasta 2021, cuando se cumplirá el segundo centenario del fin de la Monarquía española en la parte continental de América. Hasta 12 países, hasta 12 años de conmemoraciones: el mayor bicentenario del mundo. Y al cabo de todos los proyectos, coloquios, congresos, monumentos, fiestas, ferias, exposiciones, publicaciones, conciertos, películas, sitios web, y programas de televisión y radio, me temo que las consecuencias sean casi nulas.
Los centenarios suelen resultar fatales para las expectativas de quienes invierten grandes emociones y grandes recursos. Los hipernutridos presupuestos culturales estimulan la investigación, y ésta acaba con los falsos mitos y las leyendas. Los historiadores tratarán de explicar cómo ocurrieron de verdad los procesos independentistas: las atrocidades, los masacres, las guerras a muerte, los asesinatos, las crueldades, las insensateces, las pestes, las hambrunas, la destrucción de vidas decentes, prósperas y felices… En definitiva, los estudios científicos desvelarán las consecuencias funestas que también tuvieron los procesos de independencia en Latinoamérica. (más…)